domingo, 20 de abril de 2014

En Marugate con los primos

Buenas,
Pasaba por aquí y he decidido hacer un alto en este domingo de resurrección, para contaros algo diferente. No todo va a ser serio en este blog, así que os dejo algo de la otra tarde en el campo. Alucino con mi primo Fernando. Siempre ha sido un fuera de serie para todo, y acabo de descubrir que también lo es para la cocina. El otro día preparó una paella de muerte (eso dicen; yo llegué a la hora del café). Le llevó su tiempo (las malas lenguas dicen que desde las 10 de la mañana hasta las cuatro de la tarde), pero el reportaje fotográfico que me enseñó del proceso de elaboración y las notas que tomó durante el mismo, perdonan cualquier pequeño retraso en la degustación: el pesado de los ingredientes, la línea de tiempo elaborada de cuando añadir cada uno de ellos (con las pequeñas correcciones necesarias para la próxima vez), y el resultado final, hablan del exito de la misión. Eso, completado con un largo paseo por Marugate (maravilloso en esta época del año) me hicieron pasar una tarde casi perfecta (si hubiera llegado 10 minutos antes, en lugar de una empanadilla de almendra de las monjitas, me habría tragado un buenplato de paella). Otra vez será.
Estoy a la espera del reportaje ya revisado que Fernando va a elaborar y que ha prometido mandarme (se lo tendré que recordar, seguro. Tiene muchas cosas en la cabeza). Lo que no prometo es seguirlo fielmente, pues si tengo que estar seis horas preparando la paella, los de mi casa se van a comer fuera

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