sábado, 28 de febrero de 2015

De ruta con los mantabikes

Pasaba por aquí, después de mucho tiempo, y, animado por las crónicas de pepeaguas, he decidido desempolvar mi blog por unos días. Y os cuento por ello la mantaruta de ayer viernes.
A las 16:15, horario de invierno, esperando a los tardones nos encontramos en el sitio habitual, la salida hacia las cruces un grupo muuuuuy heterogéneo: tres miembros del equipo B (Paco correos, Juanito y yo) y unos pocos de mantas, entre ellos el patriarca(esa barbaaaa) y fundador José Luis: Rafa, Jesús, José Antonio y su cuñado Chero (de Borrachero, insistía), Seguí y llegando, Mónico y Quirós.
Así de guapos nos veíamos en el alto de los exeucaliptos (yo soy la sombra, muy favorecido). Como se puede ver, a Mónico y a Rafa no les hace falta ni bici, van sobraos.
Después de bajar Buche nos llegamos al cruce para el helipuerto. Aquí se rompió el grupo: los que tenían prisa siguieron hasta Santa Natalia 👋👋 y el resto nos fuimos a explorar los alrededores de la Sierra de La Lapa.
Guiando Paco y yo, que previamente habíamos explorado el camino, nos dirigimos hacia la casa de Chamorro (ex futbolista del deportivo) y después de darle las buenas tardes comenzamos la subida hacia la sierra, en fila india (single line, que dirían en GREDOS Centre), como si fuera la procesionaria, que en los primeros metros nos llamaba a todos la atención y después , con la subida eran un obstáculo más.
Bonito recorrido entre los pinos. A media subida giramos hacia la derecha en dirección a la base de los forestales, ya que ni Chero ni José Luis, aunque parezca mentira ya que es ruta obligada y clásica, habían estado nunca allí. Un par de fotos más para ilustrar el momento



Paco indicando el camino de vuelta.
Teniendo en cuenta los precedentes, tiramos por la dirección opuesta

El atardecer 
desde la caseta 

Y solamente queda contar la vuelta. A reseñar: bajamos por la subida clásica; Chero (de borrachero, el cuñado), se largó solo una vez que llegamos al camino (tenía que ir a Villanueva); José Luis subió Buche sin bajarse por primera vez; Jesús se tomó un gel riquísimo y Seguí y yo esprintamos llegando al santo Jabero.
Como no podía ser de otra manera, disfrutamos de la tarde, de la bici y de la compañía, y como no podía ser de otra manera, llegamos de noche, con los focos a todo lúmenes, menos Paco correos, que tiene que elegir entre ver el camino o ver los kilómetros que ha hecho.
Hasta la próxima (tranqui, José Luis, que llevaré la garmin para hacer un vídeo)





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